Thursday, July 07, 2011

MANUEL CADENAS MUJICA

LOS OJOS DEL ILUMINADO

HE DESEADO EL POEMA PERFECTO


he deseado el poema perfecto la perfecta armonía
la perfecta furia de mis dedos ácidos de nadas
de otras tantas / de éstas

pero ya no soy el de antes el de aquel tiempo
de vocablos azules como un picasso extático
no soy el de los astros oscilantes
y las plataformas de extravíos

hoy no soy

ni fui como haber hube de haber sido
ni tengo el poema perfecto en ninguno de mis dedos imperfectos
y la armonía es un vaso de agua derramada y lánguida
y las nadas
nadas son siempre
bajo mis brazos silentes y obstinados

los adjetivos caen como palomas en vuelo

ya nada
ya el sol solamente soledad registros de elocuencia muda
y un dulce despertar lunar de apariencias antiguas
es como un sueño
sólo que no es un sueño sino un despertar
de apariencias antiquísimas
un agridulce intercambio de fracasos y medallas falsas
y me va doliendo pronto a pronto haber deseado algo perfecto:
el poema / el sol / la armonía / los dedos
el ya no ser el soy
tal vez la diáfana probabilidad de ningún otro
y ese sólo insuficiente
que es la real realidad
que supervive
muy a su pesar
y poco al nuestro

pero ya no soy el de ayer
es obvio -pero es-:
el de venados puros
el de verdades serenas
el puro el casto el cándido animal
de especie extinguida
ni nadie creerá cuándo cómo en quién en dónde
fue a parar toda paz de llantos claros

OLOR

ya casi he perdido el olor de tu sombra cuando
sugerías no reconciliarme con las calles olvidadas
los viejos vestidos las maneras antiguas
sólo bastaba entonces irrumpir en los momentos
cuando ya casi estarías partiendo hacia la tarde sólo
bastaba que miraras mis manos disipando
mis dudas certeras

ya casi ahora precisamente recordaba la maravilla
de palabras que surtían tus labios a mis oídos desterrados
pregunto por tu pelo por tu destino voraz por
tus preguntas sin rumbo

nadie sabe nadie podría conocer exactamente
qué de ti estará siendo dónde mudarás tus alegrías
en qué descanso perderás tu silencio
en aquel tiempo bastaba que asomaras tus dedos
en las rendijas ahora dónde errarás errante
casi he perdido el olor de tu sombra en la mirada




AGUAS MANSAS

En tus manos encomiendo
mi cuerpo y mi espíritu,
mis palabras desahuciadas
mis caminos corregidos y aumentados.
En tus manos de dolorosa piedad
convertidas en aguas mansas,
en hierba crecida sobre laderas
para resbalar sin control
perdido el equilibrio.
Tus manos
que abarcaron el mundo,
los cuatro reinos de la naturaleza,
los cinco dedos de mi incertidumbre.
Tus manos francas como una oración
pronunciada
a las puertas de la vida,
en el umbral de la muerte.
En tus manos esmeradas encomiendo
la materia luminosa de mis sueños,
el movimiento de los astros, las palabras,
los cantos, los miedos, los silencios.
Cércame con tenazas de seda:
la danza de arañas lánguidas
que de tus brazos destila.


ROPA BLANCA

Los arenales del sueño reflejan tus manos doblando ropas,
y los pies descienden a casas despobladas donde
se esparcen gritos, brincos, juegos infantiles.
Se alzan pequeños brazos desde pequeñas orillas.
te piden el aire, reclaman tus dulces faldas,
tus largas tardes sin descanso hasta la más larga noche.
En las azoteas cuelgan ropas blancas, palabras blancas,
sonrisas blancas.
Y el tendero reparte mercancías sin precio,
todas en papel celofán delicadamente envueltas.
¡Dime si entre tanto polvo y tantos platos
no has bebido tu alegría a cántaros!
Tanta agua bajo el puente, tanto peregrinar
en círculo hacia el centro,
sabiendo de todo corazón el fin de la faena,
cosecha definitiva con sus puntos en las íes,
sus más y sus menos.
Consumado es.
En los cerros grises pende de un hilo el universo.
Todos alegres con tu voz desde la madrugada encendida,
repartiendo panes y peces y milagros cotidianos.
La acción de gracias desciende de lo alto en silbido apacible
arrullando imágenes cuando las luces se apagan
y duermen en su laberinto tus memorias.




SARA

Le hice jurar que diría siempre que es mi hermana
         Le hice jurar por sus entrañas / por sus zapatos de baile
                   por sus mejillas coloradas
         por esos ojos de mar cotizados en las plazas
   en los deseos ajenos / en los mercados negros
por sus dientes encerrados en silencios inexplicables
  por las mañanas arrancadas al bullicio para zarpar al desvarío
a medialunas de arena / de sudor / de espejismos
Te hice jurar Sara
Y en verdad has sido
Y en verdad eres mi hermana / la extensión de mi carne
hija de mi padre y de mis pieles
                   y de mi madre y mis feroces cacerías

Desde Ur hasta el Néguev te contemplan
    Desde Harán hasta Egipto
Beduinos lanzan sus caballos indomables
                   se estremecen el desierto y la sabana
Reyes salen a tu encuentro / grandes dádivas se ofrecen
Pero tú has sido mi hermana / mi sangre / como juraste el día
en que a la sombra de los cipreses del Líbano levantamos el tálamo
    la tienda de nuestras vidas
         resueltas a vencer los designios oscuros

   Forastero fui en Gerar
                   paria en todos las llanuras cuando salí de Ur
         ¡Quién sacudió el polvo de su cabeza sobre mí y no estuviste
      lista para decretar las sombras y sumarte al aullido infinito!
Por eso te anhelan Sara los extraños / por eso
    queman incienso en sus altares e invocan al dios de los conjuros
Quedorlaomer rey de Elam
         Tidal rey de Goim / todos sus vasallos
tributos esquilan a las ovejas de Siquem / en el encinar de Mamre
por mi dulce gacela / por mi grácil silbido de quena
    para ablandar sus palabras / suavizarlas con aceite de mentiras
Pero ella es la hermana que transita incansable
    en las calles calcinadas / en las colinas densas de dolores
                    en su corazón de fieltro
¡Sara para las tormentas de arena y para las aguas frescas!
¡Sara en el valle de Sidim que es el Mar Salado y Sara en el Jordán!
¡Sará en sus bemoles sostenidos!     

Siempre Sara / siempre la hermana que mira al Este con mis ojos
 Bajo una promesa duerme su vientre en espera
Bajo un juramento es Princesa de estaciones venideras
   de arrullos que se toman prestados / Es Princesa
   de comarcas vecinas / de todas las familias de la tierra
  ¡Sara en los confines levantada
      para dibujar el nuevo rostro del mundo!

Entre tanto has de parir sonrisas en las esquinas
    dulces de membrillo / alfajores / alfeñiques
  en el camino que llega a la llanura del Jordán
al norte de Lima / donde Lot alzó sus tiendas hasta Sodoma.




SIERVA AGAR

Debajo de los cántaros
                   las aguas enternecen sus curvas
para caer hacia las bocas que lamen su propia sed
y pozos transidos de pasos arenados
lanzan ecos de espuma / rompen jarros de cachinas
Agar
tus sandalias quitas sin sorpresa / sin llanto
sin imprecaciones
Dos columnas de humo llegan al infinito
para declararte la aridez que llevas en las pupilas
para inconarte los tobillos de servidumbre
quemándose en las dunas de Nazca
Agar
a viva voz laten en tu sangre como espinas las lisuras de Sara
tú que en las verbenas interminables abanicabas
las frentes morunas en el desierto de Sechura para tu señor
hecho un chalán / cuán elegante y garboso
las riendas descoloridas que se tejieron en Harán
para esperar en petates tendidos el hastío
Tú, Agar,
lista para el desenlace
                   con tus muslos vivos dorándose en los pedregales
con tus copas de berilio coronadas de granos de café
en sales impecables de lino trayendo los cofres titilantes
gotas de miel derramándose tibias / corriendo a la desventura.
Egipcia / propia por ajena / hierática de simplezas
monolítica en salas de espera que no descansan
eres Agar el reverso de toda medalla
         la tienda bien dispuesta llueva o truene
            aprovisionada para un solo transeúnte / siempre de paso
        siempre forastero / como en Gerar / como en las lomas de Lachay
                            como en el aire y el agua.
Pero nadie sabrá decir qué habría sido de ti
si en lugar de aquellas servidumbres
                                               y lisuras y prisas
te hubiese tocado en suerte aquel alabastro que guarda
                            como nardo puro
                                      el perfume de un destino propio.

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