CERCANDO LOS MUROS DE LA MEMORIA
QUE DE NOCHE HABRÁ EN TUS OJOS
¿Qué de noche habrá en tus ojos?
Martín, Martín
¿O es eterno el castigo
como las horas, como los días?
¿O es castigo propio de uno,
lo que nos sucede?
El tiempo como la quietud,
Sangran las rodillas en el suelo.
¿Qué no entendemos de la eternidad?.
¿Y tus ojos envejecidos?
¿O es simplemente el tiempo
caminando y
la derrota posando para los días?
¿Y por ello, todo esto?
¿Dónde están los días de3 gloria?
Y ahora tú, desplomado en una pared
¿dónde estás hoy?
¿y el álamo en tu hombro?
Y tu madre y tus hijos y la
gente que clamaba tu nombre
y ese volcán, cada vez al5to,
cada vez más cerca?
¿Quiénes están alrededor de todo
esto, sentados,
entre pastizales sobre
ríos?
¿Cuál es el nombre de guerrero
que adoptaste ahora
y te acercas en mis sueños?
Martín, Martín.
LA FIRME BÓVEDA DEL CIELO
Y la profana sabiduría de los hombres
y la firme bóveda del cielo;
y, el gigante que en su espalda
sostiene al mundo
y las mujeres que con su piel
de culebra cambian,
y los escorpiones que habitan
más allá de la tierra?
¿Allá, no hay
una fogata que desgaste el alma,
y atraiga nuestras miradas?
¿Y las grandes olas que son
devoradas por el sol?
¿Y los marineros que creen
que más allá
lloran los cachalotes?
¿Y todo esto? ¿qué’
¿Acaso no lo sabías?
Martín.
CUÉNTAME
a felicitas luján
cuéntame
cómo deshojas esos cabellos de velámenes
cómo hallas
el origen de tus ojos
en mis ojos
cuéntame
cómo puedo ser ofrenda en tus ojos
tallada a fuerza de flautas
cuéntame
cómo puedo vivir en el tiempo
convertido en piedra cansada
y cantar una canción
en el acantilado de tus ojos que son
amplios como molino
cuéntame
cómo puedo descubrir la medianoche
y encontrar a tu medida
ese cuerpo y
permanecer colgado
en tu mirada
a la distancia
en que ulula el amor
cuéntame
todo
lo que no sé de ti
mujer de vigilia
escuchando al viento
cuéntame
todo todo
mi amor no ha cambiado
pero ahora observo tu sombra
y te sigo
como a un reloj de arena
acabándose en mis manos
CUARTO OSCURO
cuarto oscuro cielo estera
silencio de velas desgastadas en tus ojos
ojos caobas maderas pútridas
enjambre de polillas furiosas deshaciendo
la ciudad de esteras y
purificando la ciudad
cada noche trazo sueños
en la esquina
de una canción andina
tu rostro se anuda en mi aliento como eco
tus manos se posan en mi como sudor ácido para
dialogar
yo palpo el murmullo carcomido
en pequeños espacios lleno de sombras
sobre la arena blanca
yo soy el fantasma que viene del viento
con la puntualidad exacta
en la punta del dedo
soy el que goza el tiempo y
se vuelve muerto en silencio
en línea recta
la emoción del mundo me despierta
la soledad
es esta habitación
sobre página blanca donde escribo mi vida
la soledad
es el silencio que nos pierde
y nos atrapa
en espacios ajenos
donde se pierde tu mirada
la señal de tus labios
se carcome
y tú me obsequias un beso
al cual ingreso como ráfaga de viento disuelto
RECUERDO DE LOS SIETE
esta forma de enredarse en este mundo
me enrarece
yo voy callado
apagando en el corazón
el odio
y
en tus ojos
el miedo es palabra de litigio
donde
antes de morir
miramos cosas inútiles
en este mundo
ahora yo escribo
poemas
con la edad madura
que me permite
este espacio triangular
que es américa
que es perú
que es lima
que es puno
que es mi casa
no es mío
pero es este número
uno
que es siete
que es dos
que es ocho
que es cinco
que son cincuenta y cuatro
y treinta y siete
que es el tiempo
el último día
del espacio
los caminos tallados en la noche
con sus neblinas desfilando
reverdeciendo la ganas de vivir
son estos impulsos calmos
los recuerdo en siete
de años aguerridos
que regresan y te roban la vida
en alivia en agonía
y golpea el rostro
este rostro de estatua
que no cambia el pasado
desgastándose poco a poco
en los años
de tu muerte
y
la muerte se pierde
como un niño
en el vacío
LA NOCHE DE BASORA
El fuego ilumina la noche en Basora
misiles y bombas destruyen lo que se construyó en miles de años.
El fuego arde y extingue la piel de los seres en ceniza.
Millones de ojos presencian la masacre en silencio
bajo su llanto.
El fuego ilumina la noche
el día se agazapa para castigar la miseria.
Quién manda a la muerte con la voz en cuello proclamando la muerte de otros.
Ondas expansivas vienen de occidente en buscan de muerte a oriente.
La primera la segunda la tercera guerra sólo dejan
pisada de botas enterrando vida en el desierto.
El fuego ilumina a Basora
¿acaso debe engendrar mi alma el amor para no morir en este ocaso?
El amor y la paz vienen con misiles.
El fuego ilumina la noche de desastre.
Mis lágrimas se escarchan.
Las quejas llegan al oído de los que escuchan.
Estoy viendo el espanto.
Esta jornada nace en el fuego
Los hijos se pierden en holocausto y escapan de la matanza.
El temor ha parido la guerra.
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