LOS PERROS DE HOPKINS
Hubo un perro que creció por la derecha
alto y libre entre muchos otros
marginal cuando lo matices
no armonizaban sus dolores
aquellos dolores enormes e interminables
que se pegaban a las paredes
a esas paredes sucias de Lima en otoño
donde también nosotros crecimos de cara
a los vanos recuerdos
un perro baldío y un corazón dispuesto
a llenarse de tatuajes el alma
un perro en el umbral
un perro en la confitería
un perro equivocadamente perro como muchos
porque le dio asco ser una jauría y ladrar como todos
para no morir con una bala en la panza
lo conozco
nació conmigo embebido de falsas manías
académico y creyente
lo recuerdo porque dimos juntos los primeros pasos
caminamos los mismos caminos vertiendo
lágrimas diferentes
Hubo un hombre que era un perro persiguiendo
gatos pintados en las aceras
tomó un arma y derribó algunos pájaros
se hizo perro miliciano
asmático y suicida
fue héroe de su propia piedad
de sus propios espectros
lo conozco como me conozco yo
porque lo soñé temblando en un rincón del cuarto
porque lo escuché en el silencio de un blues
siglos y siglos
yo estuve entre cuatro paredes solo y desnudo
delgado hasta los huesos
arrancándome las penas para no morir más
arrancándome lo que soy
arrancándome lo que he sido cien veces
a espaldas de todo el mundo
Esta es mi vida y este es mi revés
soy yo y eres tú querido perro maldito
pero hoy
yo me adhiero a tus penas y a tus sueños.
180 MIL HISTORIAS PARA LA VIDA DE UN MUCHACHO QUE LLEGÓ A SER UN VENDEDOR DE LIBROS
Con los años se llenó de verdes escamas la piel y los sueños
hijo de un viejo retrato olvidado en el estante
hacedor de caminos con caminantes inmóviles
de caminantes con caminos que se paran y se van andando
sin volver para atrás
inmenso como su río de orín que humedecía las paredes vecinas
después de llegar cada domingo con los billetes del secreto
de atravesar las puertas más impenetrables
Héroe en deshojar los libros de ficción para pegarlos
en las ventanas de los burdeles
de los pecados que advertían una mente absurda y psicótica
con su bigote respingado y sus botas de cuero negro
que de vez en vez lustraba
hacedor de la luz envuelto en trapos viejos y herméticos
viento silencioso y largo
rostro perdido robado pintado de memoria
Nació con la corbata ajustada al cuello
con los caballos ciegos corriendo sin rumbo
con la luna hecho pedazos
Se enamoró de un leopardo de plata
de un puente colgante al que atravesaba por las tardes
se enamoró de una lumbre en la ventana
de una espalda blanca esculpida sobre la roca
mojada por la lluvia
lo hallé en el camino
habiendo superado todos los caminos habituales
intentaba alcanzar una fina raya en la tierra
una luz para iluminar el recorrido largo de sus venas
una verde manía de intentarlo todo
hasta la locura de ir hacia el norte para crear el sur
para crear un gran camino que conduzca
a una vejez bella y memorable
una vejez de 1990
con un libro bajo el brazo
veinte metros de silencio
y 180 mil historias que recordar.
LA MULTIPLICACIÓN DE LOS PANES
Estoy frente a Zelda
en Port-au-Prince
frente a la acostumbrada necesidad de volver
a intentarlo todo una vez más
Avanzo a ciegas
camino un largo trecho a ciegas
nadie está conmigo
la tarde crea geometrías y bosquejos
de una soledad que sólo yo entiendo
avanzo y un ruido ciego avanza conmigo
Ronsard avanza conmigo
un vacío en la pared avanza conmigo
En este pequeño espacio
donde la benzedrina avanza sin rumbo
sólo estoy yo y un puñado de recuerdos
atrás queda
Drummond
Desnos
el caballo que se fue
la casa roja y su rincón de cristal
el rapto de Helena
el silencio en el Peloponeso
Allí está Zelda
tras el haz de luz
repitiéndose
y la noche que se hace negra después del silencio
repitiéndose
está la piedra repitiéndose
el pan multiplicándose
y la sombra es sombra mil veces
y el silencio mil veces más silencio que de costumbre
y estás tú con tu café y tus vómitos
parado en medio de un mundo que crece
entorno a un sinfín de nadas
Nada somos
Nada Juan atrás un retrato cubista
1966 tú tartufo ese pedacito de papel
Nada somos
N A D A
TRES
Camino oblicuo por donde retornas
caballo emplumado
fantasma de las sábanas blancas del cuarto oscuro
con tu paso pausado
llegas libre
sangre anónima que va pintando el cuarto
de suplicios rojos torturas rojas verdugos rojos
de aullidos rojos que no callan jamás
puñado de ojos rojos
puñado de peces y de pájaros
nada más
nada más que un puñado de horror
para morir cuando tú no estás
caballo ascético
pequeño caballo para este espacio empequeñecido
para este infierno que está clavado en mi pecho
ahora que sólo soy yo y mi gato y mi coñac
para beber hasta el amanecer
mientras voy de un lugar a otro
recorriendo calles y calles
siempre las mismas calles repitiéndose
Sólo yo busco volver hacia el lugar correcto
hacia el camino correcto por donde retornas
caballo agujereado
camino que se ha hecho interminable para recorrerla
veinte veces durante veinte años
a donde el destino quiera llevarnos.
SEIS
Veintidós flores han crecido en el jardín del horror con el miedo de Juan
Cuatro caballos han muerto sacrificados uno tras otro por el amor a los niños pobres como Juan
Los ojos azules de Juan han desaparecido robados por un ladrón de Dvorak para venderlos en un mercado de baratijas
Dos gatos se han servido de la cena de Juan y la noche ha crecido por dentro hasta hacerse un manojo de lumbre para iluminar el abismo por donde caigo todos los días
Los vuelos de las aves son flechas que Juan va tirando con destreza hacia el horizonte donde nace la vía láctea
Trescientos veinte cuerpos fueron apuñalados en un tranvía que va al sur en presencia de Juan y Juan ha llorado por todos y la luz se ha hecho monótona desde entonces a los ojos de Juan
Un hombre pobre como Juan palidece en un rincón de la noche donde la náusea exhuma memorias casi inaprensibles
Doce gotas de agua mojan el miedo de Juan
Un ladrillo edifica la historia de Juan
Juan hijo de Rená vive entre nosotros y está creciendo a nuestro lado.
VEINTE
Lo único real son mis manos clavadas en la pared
y mi caballo ciego tropezando por la habitación
mi pequeño caballo muerto
por esta habitación sin puertas ni ventanas
ni luz ni espacio
sólo espaldas sólo siluetas
sólo la soledad clavada junto a mí
lo demás son puras palabras
allá afuera
es trece de octubre
y hay sol y hay muchos caballos vivos
y está BUKOWSKI amarilleándose hoja por hoja
y un pájaro expuesto al sol amarilleándose
y un árbol frente a la casa amarilleándose dos veces
Pablo toma un arma y va a morir al patio
María pinta sus senos de azul
y sale a la calle a comprar legumbres
allá afuera
los obreros están trabajando
las mujeres están vendiéndose en las esquinas
es Lima
y una vez más
sólo queda vestirse con un necio disfraz
para gritarle a todo el mundo que estás bien
que estarás bien por el resto de tu vida
pero ya nada importa
hace muchos años que ya nada importa
no importas tú
y no importo yo
Allá afuera Manuel tiene una patria
Efraín tiene un jardín con lirios rotos
y una mujer con un arco iris grabado en la espalda
Cecilia lava ropa por las mañanas y cuenta
las estrellas por las noches
tiene un hermano pequeño
dos meses de gestación
y un triángulo isósceles enrollado a su cintura
Aquí adentro
sólo estoy yo
sin patria
sin jardín
y sin estrellas en la noche
sólo con un candelabro encendido
y algunos cráneos tirados por el suelo
pero yo estoy aquí
y eso es lo que cuenta.
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